Ficha técnica
Dirección: Andrés Wood. Ayudante de dirección: Julio Jorquera. Dirección artística: Rodrígo Bazaes. Guión: Andrés Wood, Eliseo Altunaga, Guillermo Calderón, Rodrigo Bazaes. Sonido: Miguel Hormazábal. Maquillaje: Guadalupe Correa. Actores: Francisca Gavilán (Violeta Parra), Thomas Durand (Gillbert Favré) Christian Quevedo (Nicanor Parra), Gabriela Aguilera (Hilda Parra) Roberto Farías (Luis Arce) Marcial Tagle (Alcalde Fernando Castillo), Juan Quesada (Don Guillermo), Sergio Piña (Mario) Daniel Antivillo (Señor Meyer), Pedro Salina (Don Gabriel) Stephania Barbagelata (Carmen Luisa), Patricio Ossa (Ángel Parra de niño), Luis Machín (Entrevistador), Jorge López (Ángel Parra, joven). Fotografía: Miguel Ioanis Littin. Montaje: Andrea Chignoli. Vestuario: Pamela Chamorro. Presupuesto: dos millones de dólares. Año: 2011
El director: Andrés Wood
Filmografía. Como director: Idilio (1992), cortometraje, Reunión de familia (1994), cortometraje, Historias de fútbol (1997), El desquite (1999), La fiebre del loco (2001), Machuca (2004), La buena vida (2008), Violeta se fue a los cielos (2011). Como guionista: Historias de fútbol (1997), El desquite (1999), La fiebre del loco (2001), Machuca (2004).Como productor: La fiebre del loco (2001), Machuca (2004), Nacido y criado (2006) (coproductor), La buena vida (2008) y Los 80 (2008-presente).
Andrés Wood Montt nació en Santiago en 1965, estudió Ingeniería Comercial en la Universidad Católica de Chile; pero se interesó en el cine y viajó a estudiar dirección de fotografía a Nueva York entre 1990 y 1991, donde dirigió Idilio, su primer cortometraje.
Regresó a Chile en 1992 y trabajó en la realización de comerciales televisivos; pero fue hasta 1994 que dirigió el corto Reunión de familia, la primera producción chilena en participar de la selección oficial del Festival Internacional de Clermont-Ferrand, Francia, y recibió el premio al mejor director en el de Cine de Viña del Mar.
En 1997, dirigió Historias de fútbol, un largometraje que cuenta tres dramas paralelos relacionados con este juego. Después filmaría El desquite, historia adaptada de las décimas de Roberto Parra Sandoval, y que cuenta la vida de un patrón de fundo del sur.
En 1999 filma La fiebre del loco, una historia sobre las mafias que giran en torno a la extracción de este molusco en la isla Toto y que nació de su experiencia en el año de 1997 mientras era evaluador de los proyectos de la compañía Aysen.
En 2004, filma Machuca, su trabajo más conocido hasta ahora, que narra la amistad de dos niños en los años del gobierno de Salvador Allende y durante el golpe de estado de 1973. En 2008, estrenó su largometraje La buena vida, que cuenta el diario vivir de diferentes personajes en Santiago, y fue director de la serie chilena Los 80's, una versión de la serie española Cuéntame cómo pasó para Televisión de Chile. En 2011 Violeta se fue a los cielos. Dada la temática de sus películas, de le ha considerado el cronista cinematográfico de la historia chilena.
La película Violeta se fue a los cielos
De entrada, esta película no hay que verla como un biopic exacto, es más una visión personal de quiénes participaron en la película. El mismo Andrés Wood reconoce que para todos los que trabajaron en el filme era imposible abarcar todas las facetas de una mujer como Violeta Parra. La pre-producción del filme inició en el año 2009, se realizó un trabajo entre todos los guionistas de estudio sobre la cantante. Ángel Parra, hijo de la cantante, nos cuenta: “Me metí cuando estaba el pre-guión hecho, y el trabajo al comienzo consistió en irlo leyendo página a página con Andrés y revisando cuáles eran los sentimientos, los diálogos, el lenguaje.”
La película parte del libro del mismo nombre de Ángel Parra (en la foto); pero no es el único referente, también están los diversos documentales, los textos sobre la época e incluso la actriz principal retoma viejos documentales para estudiar la vida de Parra y sus movimientos. Por ello, en una entrevista, Wood declara: “Y no sólo eso, no sé si te has fijado en los otros libros, hay cosas más personales también. Pero es muy libre el libro de Ángel, y ése es el espíritu que queríamos en la película. Cuando nosotros sentíamos que esto estaba teniendo una esfera documental salíamos arrancando, y es por el libro. No queríamos saber exactamente donde nació Violeta Parra, ni siquiera por qué razones se murió. Tampoco es un trabajo periodístico para resolver el misterio de Violeta, por eso es una película que se mueve muy libremente de adelante para atrás y viceversa.”
Violeta se fue a los cielos implicó un arduo trabajo técnico, mayor incluso que el de Machuca (otra película de época del mismo director); pues aunque no recreaba absolutamente una década del Siglo XX tal cual, sí fue costoso viajar constantemente para filmar: “Las locaciones son diversas, e incluyó, entre otros, los pueblos de Nirivilo, Curtiduría y Corinto (zona del Maule, Chile, donde se filmó la niñez), París (ciudad que la cantautora visitó en 1954 y 1961) y Buenos Aires”. Incluso ese ambiente rural y el hecho de que el autor buscara solamente en París algunos sectores de estilo clásico, le da un aire intemporal a la película como el mismo nos dice: “Uno podría hasta dudar cuándo ocurrió esto, porque es un retrato más íntimo en ese sentido. Pese a que para ella el contexto fue muy importante, no está puesto. O sea, vamos a Paris, y no es que la pongamos debajo de la Torre Eiffel, cachai. Buscamos ángulos y sectores que nos permitieran filmar (el Paris antiguo) y, obviamente, con tecnología digital sacas cosas, lo que no cuesta nada (…) En Chile, en el fondo es un rescate del Chile del cité, y de un Chile más importante aún que eso, de un Chile de la recopilación. Finalmente, un Chile más sencillo, más profundo, en ese sentido más sabio. Y dentro de eso está lo que se refiere a los viejos, a eso de la recopilación que hizo ella, que es maravilloso y que nosotros pusimos ahí en la película, y que está bien bonito.”
Más adelante,siguió la parte fundamental: el casting para buscar a la actriz que encarnaría a Parra. Fue seleccionada Francisca Gavilán (en la foto): Nos cuenta Ángel Parra: “Hubo un casting, al que no asistí, pero vi las imágenes de las diferentes personas que iban a hacer el personaje. Y a los veintinueve segundos con Francisca Gavilán estaba yo con los ojos llenos de lágrimas. Ella tomó un pedazo del documental que hizo la televisión suiza sobre Violeta Parra ("Violeta Parra, bordadora chilena", 1965) e hizo un trabajo maravilloso.”. Así que una vez seleccionada, Francisca inició un duro trabajo de preparación. Wood nos dice: "La tercera etapa fue trabajar con ella, porque siempre pensé que no podíamos doblar su voz (usar la voz real de Violeta Parra en vez de la de la actriz)", explica. "Pero tenía que ser su voz auténtica. Y para eso hicimos un trabajo en un mes, me vine todo mayo del año pasado, trabajábamos de seis a ocho horas diarias (…) Claro, aprendió a tocar charango, a acompañar las canciones en guitarra”. Gavilán interpretó las canciones de Violeta Parra; aunque en algunas fue acompañada por Hilda Parra (hermana) y Carmen Luisa (La hija de Violeta) y se agregó un tema interpretado por un campesino.
Al principio, la película no logró obtener la confianza de los dueños de salas chilenas, por lo que sólo se le asignaron 17 salas a nivel en ese país; pero su repercusión en el extranjero, el hecho de que fuese elegida como representante de Chile para los Oscar (aunque no fue seleccionada por la Academia), una nominación a mejor película extranjera y el gran premio internacional del jurado de Sundance; hicieron que eso cambiara, llegando a ser la película más vista en Chile del años 2011.
Vida y obra de Violeta Parra
Violeta del Carmen Parra Sandoval es hija de Nicanor Parra, un maestro rural de música y de Clarissa Sandoval Navarrete, una costurera. Creció en su casa con sus 5 hermanos y tuvo además dos medio hermanos. Nació el 4 de octubre de 1917 y tuvo que sobreponerse a un ataque de viruela a los 3 años. Dos ciudades se disputan el honor de ser la cuna de Violeta Parra: San Fabián de Álico y San Carlos; aunque las familia oficialmente acepta que fue en San Fabián, una comunidad al interior del departamento de San Carlos. La confusión se debe, en parte, a los cambios constantes de divisiones políticas que se dieron en Chile. Años después, la familia se trasladaría a Lautaro, una comunidad siempre al sur.
Violeta tenía una vocación precoz para la música, ya a los 9 sabía tocar la guitarra y a los 12 componía sus primeras canciones. Cantaba para sus hermanos, mientras su madre trabajaba y con los mismos montaba conciertos, imitaba a los artistas de circos ambulantes y cobraba a los otros niños por verla cantar. Cuando su padre murió, las condiciones económicas de su familia empeoraron, ella y sus hermanos se volvieron músicos ambulantes en su pueblo. A pesar de alguna enseñanza de su padre, Violeta, en todos los campos en los que se desempeñó, se consideró una autodidacta; así dijo alguna vez:“Cualquiera puede hacer canciones. Cualquiera puede ser artista y expresarse del modo que más le acomode”.
En 1931, su hermano, el poeta Nicanor Parra, quien estudiaba en Santiago, la matriculó en la Escuela Normal de niñas para que continuara los estudios que había detenido por las precarias condiciones financieras de su familia después la muerte de su padre. Sin embargo, no se sintió a gusto y volvió a ser una artista ambulante y, junto a su hermana Hilda, fundó un dúo conocido como “Las hermanas Parra”.
En 1938 se casó con el empleado ferroviario Luis Cereceda, militante del Partido Comunista Chileno (PCCH) que inicia a Violeta en el campo político. Se separaron 10 años después. De su primer matrimonio nacen Ángel e Isabel. En 1949 nace su hija Carmen Luisa y se casa con Luis Arce, padre de la niña, y luego Rosita Clara. Es por esos años que aparecen sus primeros discos con su hermana Hilda bajo el sello de la compañía RCA.
A comienzos de los 50’s inicia una serie de viajes por todo el país en los que recopila la música popular de barrios y regiones del interior. Violeta recopiló por lo menos 3,000 canciones. En 1954, en la Radio Chile, dirige el programa “Canta Violeta Parra” y le otorgan el premio Caupolicán al folclorista del año. Este premio le posibilitó una invitación al Festival Juvenil de Varsovia, Polonia, y también otros viajes a La URSS y París, en esta última ciudad grabó sus primeros discos de larga duración: Guitare et chant: chants et danses du Chili. En palabras de su amigo Enrique Bello: “Ella no fue a París como los señoritos del siglo XIX a aprender la última moda. Ella fue a imponer la canción chilena; ese era su desafío. Quiso someterse a prueba”. Mientras estaba de viaje, recibe la noticia de la muerte de su hija Rosita; pero no se detiene.
Al regresar en 1956, es contratada por la Universidad de Concepción y a con su apoyo funda el Museo Nacional de Arte Folclórico y ayuda en la grabación de documentales sobre tradición chilena, entre ellos: La tirana. Retorna a Santiago en 1956, graba cuatro discos: Canto y guitarra, 1957; Acompañada de guitarra, La tonada y La cueca, todos de 1958; cuyos temas son más sociales y de protesta. Su canción Porque los pobres fue censurada en Argentina. Para ese entonces, su trabajo se había diversificado en diversas ramas del arte: pintura, grabados, arpilleras (costuras, como se muestra en la foto). En 1960, Violeta inició de nuevo una serie de viajes por todo Chile.
En 1961, partió hacia diversos países: Argentina, Finlandia, URSS, Alemania, Italia y finalmente París, donde se instala en el Barrio Latino y vive de sus actuaciones en el teatro de las naciones de la Unesco. Grabó el disco Recordando Chile y apoyó el lanzamiento del de sus hijos Los Parra de Chile. En 1964, se convirtió en la primera mujer latinoamericana en exponer en el Louvre, escribió el libro Poesía popular de los Andes y participó en la filmación de un documental suizo sobre su trabajo en arpilleras: Violeta Parra, bordadora Chilena. En esos años vive con el antropólogo Gillbert Favré (ver la foto de abajo).
En 1965, Violeta regresó a Chile, y trabajó durante un tiempo en “La peña de los Parra” (foto de abajo), un café fundado por sus hijos mayores, que servía como punto de encuentro del ambiente cultural de Santiago; pero prefirió instalar una gran carpa, conocida como "La Reina" en una lugar apartado de Santiago con el fin de volverla un centro del folclore; pero no tuvo mucho éxito; aunque por ella pasaron muchos de los que después formarían parte del movimiento Nueva Canción Chilena (en muchas ocasiones la mayor asistencia era de doce personas).
En 1966, poco antes de grabar su disco Últimas composiciones, intento suicidarse; por lo que sus amigos la incitaron para que realizara un nuevo viaje por todo Chile; pero ello no fue suficiente pára su recuperación. El fracaso de su último proyecto, más la separación de Favre (quien se fue a Bolivia y contrajo nupcias con una mujer de nombre Indiana) más el posterior viaje que hizo Violeta a ese país para buscarlo, ocasionaron una grave crisis depresiva en la artista; por lo que tomó la decisión de suicidarse el 5 de febrero de 1967, a la edad de 49 años. Sobre ese día, su hija Carmen Luisa declaró: “Yo estaba ordenando algo en la carpa, serían como las seis de la tarde, cuando de repente sentí un balazo. Entré corriendo a la pieza y encontré a mi mamá ahí tirada, encima de la guitarra, con el revólver en la mano. Me acerqué a ella y la moví, le hablé... y no me contestó. Ahí me di cuenta que por la boca le corría un hilillo de sangre (…). De repente se llenó la carpa de gente... llegaron los detectives, y después vino una ambulancia a buscarla”. En sus últimas declaraciones Violeta había dicho al periodista Tito Mundt: “Me falta algo, no sé qué es. Lo busco y no lo encuentro. Seguramente no lo hallaré jamás”.